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* USUI REIKI *

Bushido & Reiki

Bushido & Reiki

Base Ética del Reiki

Las opiniones respecto al Samurai varían enormemente. Para unos eran bestias de pelea profesionales y asesinos despiadados. Sin embargo otros los ven como idealistas comparables a los caballeros de las leyendas europeas medioevales. Poseían muchos privilegios, no trabajaban y estaban exentos de impuestos. Ostentaban el derecho legal de matar al instante a cualquier plebeyo irrespetuoso. Pero existía un código para evitar el abuso de esos poderes. Ese código, denominado el Bushido, aunque nunca fue redactado emergió en el siglo XII.
Bushido significa el código de conducta correcto para el caballero combatiente. Para vivir de acuerdo con este código, un Samurai debería ser valeroso, honorable, motivado por un deseo de actuar con rectitud y justicia, debería ser misericordioso, veraz, cortés, leal, poseedor de un gran dominio de sí mismo y capaz del autosacrificio.
En verdad era un código estricto, que sin duda más de unos cuantos dejaban de cumplir.
El énfasis del Bushido en la virtud militar de la bravura es inevitable y no requiere mayor discusión. El honor y el respeto propio fueron los motivos primarios, y la riqueza se consideraba en un lugar muy secundario; aunque sin duda, ahora se ha transformado en un símboio del éxito y por lo tanto en una prueba de la recuperación del prestigio. Es de esperarse que estos Samuráis de nuestros días sigan coincidiendo con sus antepasados Samuráis, para muchos de los cuales la pérdida de honor conducía al Seppuku (Hara- kiri)ritual, que señala:
"Cuando se pierde el honor, es un alivio morir; la muerte no es sino un retiro seguro de la infamia".

El código de valores de bushido se formó a partir de la combinación de tres fuentes básicas -el confucianismo, el shintoísmo y el budismo- y de la escuela de pensamiento zen. El bushido aprendió del budismo a no temer al peligro ni a la muerte, pues educó a los samuráis en la creencia de que existe otra vida en la tierra después de la muerte, en la cual participarán tras su reencarnación. Ese nivel de conciencia superior, en el que es posible conocerse hasta lo absoluto y así ignorar la muerte, se alcanza a través de la meditación zen. Las doctrinas shintoístas dieron al bushido el sentido de la lealtad a los antepasados y la familia imperial, lealtad que hacía que los samuráis pusieran su vida -en su sentido más literal- al servicio del emperador o de su daimyo (’señor’). Esta misma lealtad, como es lógico, también determinó un marcado sentido patriótico hacia la tierra, a la que se alimenta, llegado el caso, con la propia vida, en justa correspondencia por los dones que ofrece (muy posiblemente sea ésta la razón que explica la afición de los samuráis por la agricultura). Por último, el confucionismo marcó los cinco tipos de relaciones con el mundo de los hombres, el entorno y la familia: entre señor y sirviente, padre e hijo, marido y esposa, hermano mayor y hermano pequeño y entre amigo y amigo, y la manera en que el samurái debe acogerse a ellas.

Pero, por encima de los anteriores, el bushido se sustenta sobre dos principios básicos. El primero es que todo samurái "debe siempre, ante todo, tener presente el hecho de que un día ha de morir", pues la existencia humana y, muy especialmente, la del guerrero, es del todo impermanente. No en balde es la frágil flor del cerezo -que apenas dura unas horas- el símbolo de la vida del samurái. Se podría decir que el bushido enseña la manera de morir, pero eso sería reducir el concepto a su explicación simplista. El bushido en realidad enseña a un samurái a imaginar la escena de su muerte cada noche antes de dormir; después de varios años de este entrenamiento, lo cierto es que desde el punto de vista mental el samurái está muerto, algo que le confiere un enorme poder, pues un hombre muerto no tiene miedo de nada. Esto no significa que no valore su muerte; es más, dado que vivir es prepararse para morir, la muerte de un samurái debe ser consecuencia de un acto valeroso que perpetúe su nombre entre las generaciones venideras. Sería una terrible desgracia para él que una flecha le alcanzara casualmente en el campo de batalla. Por otra parte, un samurái elegirá morir antes que ver su nombre desacreditado (la muerte no es eterna, el deshonor sí), lo cual podía ocurrir si era tachado de cobarde o si transgredía alguna de las normas del bushido. La única forma de recuperar el honor perdido para el infractor era recurrir al harakiri o suicidio ritual.

El segundo principio es el de la lealtad y la fidelidad más estrictas a las disposiciones de los gobernantes del país, los daimyos, pero sobre todo a las del emperador. Sólo había una lealtad superior a la del samurái, y era la del daimyo hacia sus súbditos.

Podríamos definir así las siete virtudes que debían poseer los bushi: el sentido de la justicia y de la honestidad, el valor y el desprecio de la muerte, la simpatía hacia todos, la educación y el respeto a la etiqueta, la sinceridad y el respeto de la palabra dada, la lealtad absoluta hacia los superiores y, finalmente, la defensa del honor del nombre y del clan, lo que se resumía en deber (giri), resolución (shiki), generosidad (ansha), firmeza de alma (fudo), magnanimidad (doryo) y humanidad (ninyo). Todos estos factores hacían del bushido un código muy simple. Sin embargo, a pesar de su falta de sofisticación, o precisamente por esto, el bushido alimentó a toda una nación a través de los siglos, y a través de guerras civiles, bombas atómicas e invasiones.

Estos son los siete principios que rigen el código de Bushido, la guía moral de la mayoría de samurai de Rokugan. Sed fieles a él y vuestro honor crecerá. Rompedlo, y vuestro nombre será denostado por las generaciones venideras.

1. GI - Honradez y Justicia

Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la Justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia.

Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia.

Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

2. YU - Valor Heroico

Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir.

Un samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte.

Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

3. JIN - Compasión

Mediante el entrenamiento intenso el samurai se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos.

Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

4. REI - Cortesía

Los samurai no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurai es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales.

Un samurai recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurai se vuelve evidente en tiempos de apuros.

5. MEYO - Honor

El Auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad.

No puedes ocultarte de ti mismo.

6. MAKOTO - Sinceridad Absoluta

Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará.

No ha de "dar su palabra." No ha de "prometer." El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer.

Hablar y Hacer son la misma acción.

7. CHUGO - Deber y Lealtad

Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan.

Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.

Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya.

Cuidado con el camino que sigues.

El Credo del Samurai

No tengo parientes, Yo hago que la Tierra y el Cielo lo sean.

No tengo hogar, Yo hago que el Tan T’ien lo sea.

No tengo poder divino, Yo hago de la honestidad mi poder divino.

No tengo medios, Yo hago mis medios de la docilidad.

No tengo poder mágico, Yo hago de mi personalidad mi poder mágico.

No tengo cuerpo, Yo hago del estoicismo mi cuerpo.

No tengo ojos, Yo hago del relámpago mis ojos.

No tengo oídos, Yo hago de mi sensibilidad mis oídos.

No tengo extremidades, Yo hago de la rapidez mis extremidades.

No tengo leyes, Yo hago de mi auto-defensa mis leyes.

No tengo estrategia, Yo hago de lo correcto para matar y de lo correcto para restituir la vida mi estrategia.

No tengo ideas, Yo hago de tomar la oportunidad de antemano mis ideas.

No tengo milagros, Yo hago de las leyes correctas mis milagros.

No tengo principios, Yo hago de la adaptabilidad a todas las circunstancias mis principios.

No tengo tácticas, Yo hago del vacío y la plenitud mis tácticas.

No tengo talento, Yo hago que mi astucia sea mi talento.

No tengo amigos, Yo hago de mi mente mi amiga.

No tengo enemigos, Yo hago del descuido mi enemigo.

No tengo armadura, Yo hago de la benevolencia mi armadura.

No tengo castillo, Yo hago de mi mente inamovible mi castillo.

No tengo espada, Yo hago de mi No mente mi espada.

Hasta la próxima,

 

Juan de la Piedra

gasshojuan@aol.com

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6 comentarios

sami r -

sanj

Tsuyoi -

Mientras leía este artículo, he derramado lágrimas. El Bushido es un código que intento seguir, y lo considero a él y a los sámurai un auténtico ejemplo de la autodeterminación y el valor. Muchas gracias, Juan de la Piedra, por este magnífico tributo a los luchadores de una era pasada, y que son un verdadero modelo a seguir. Muchas gracias de nuevo, vuestro leal servidor, Tsuyoi

José Alva -

Muchos de estos principios del bushido debería exigírsele a nuestros políticos como condición para postular y si no los cumplen también se les debería exigir que se hagan el harakiri.
Indudablemente un mensaje muy aleccionador para mejorar como seres humanos

Juana Molina S. -

Felicito a Juan de La Piedra pues siempre nos presenta temas de profunda reflexion, si todos practicaramos los principios eticos nuestra convivencia seria distinta,estariamos hermanados y nuestro mundo seria distinto, ojala pueda compartir personalmente con ustedes algunas sesiones.
nuevamente gracias
Un abrazo para Juan e Yvonne.
Juana .

Carlos Sertzen Seminario -

Deseo,tratar de lograr ese espiritu de la sabiduria china en mi vida.¡anhelo¡

ermanno -

este artículo es' muy interesante, y es también extremadamente profundo,
me felicito mucho, con el maestro juan de la piedra, por sus preciosas informaciones que nos prodiga con mucha magnanimidad\', lo que él expresa es indefectible, y nos enriquece enormemente; es una maravilla leer sus artículos, y poderlos luego traducir para los amigos italianos; como el maestro juan también yo enseño el reiki originario japonés, y me encuentro perfectamente en sinergia con su sistema de enseñanza, que encuentro óptimo y calificado.
Un saludo a todo vosotros, y al maestro juan, y a su señora Yvonne,
yo estimo muy ambos, porque\' ellos son óptimos profesionales
a pronto
ermanno