¿Cómo capturar Ángeles?
En toda guerra hay miedo, sea esta una guerra militar, de márquetin, entre hermanos, parejas y/o amigos, en un simple juego de azar y hasta con uno mismo. Esa imaginación que nos hace temer un riesgo que no queremos sufrir genera una emoción notable que puede paralizarnos y en algunos casos hasta matarnos.
De hecho, la seguridad es un sentimiento básico, no importa cuál sea nuestra edad ni nuestra posición en la vida, todos necesitamos sentirnos seguros. Si no lo conseguimos, actuamos de forma ineficiente y nuestras relaciones interpersonales pierden su placer, vivimos con miedos, sea por el pago de la tarjeta, por la ropa de mañana y una infinidad de tonterías.
La confianza se vuelve indispensable y la obtenemos de la sensación de seguridad y protección que recibimos. La confianza nos permite avanzar cuando el miedo se impone a nuestro deseo de participar, es decir, cuando el miedo se convierte en el desafío natural de la vida. Esta no es la única alternativa frente al miedo, pero tal vez la más cercana a nuestro quehacer.
De una u otra manera todos consideramos que vivir es un reto, un desafío, hermoso o trágico, pero finalmente una aventura llena de dicha y de riesgos que debemos correr. El miedo parece que será un acompañante inevitable y duradero.
Pero la pregunta clave es ¿cómo conseguimos la confianza si alguien no nos ayuda y quien es ese alguien? Muy fácil, es tú Ángel de la Guarda y si se encuentra en estado de mutismo por algo que has hecho, no importa, hay muchísimos Ángeles en todas partes, como los pokemon, en los sitios menos esperados.
Los seres humanos somos muy curiosos y hace unos días me gané una conversación entre dos jóvenes, que, olvidándose del resto del mundo, hablaban en voz alta en un parque.
Él le decía a su enamorada: mi amor, sólo déjate llevar, la vida es un instante. Desafías mi experiencia con tu mirada adivina y preguntas de cartilla ¿acaso no sabes que la luz viene de la oscuridad y del caos perseverante?
Ella le respondía: Pero te dije hace mucho tiempo que si nos casábamos nuestros hijos nacerían en la mejor clínica y tendrían lo mejor, sin carencias ni sufrimientos. Y hasta el día de hoy no progresas, no veo que lo nuestro tenga futuro.
Él insistía: No me importan las posesiones, no me interesa tu éxito en la bolsa, no tengo miedo sin esos lujos que tanto te angustian, ni siquiera me importa tu piel ni tus mechas violetas. Sólo me interesas tú.
Evidentemente vi un desenlace fatal si alguien no intervenía, y sí adivinaron, me entrometí.
Les dije, lo que ustedes necesitan es calmarse y dejar que la magia de la existencia se haga presente, para ello sólo deben buscar un Ángel. Deben aprender que el universo siempre se encarga de nuestros deseos, pero claro hay que saber cómo, cuándo y dónde solicitarlo.
La joven me miró con ira, por la intromisión y seguramente mis consejos raros y naif; sin embargo, el joven, abrió bien los ojos, aunque creo que más los oídos, y me preguntó cómo podía acceder a un Ángel que era obvio que lo necesitaban.
Los miré con afecto, porque realmente son dos jóvenes aprendiendo a vivir, y les dije: acompáñenme solo 10 minutos de su valioso tiempo.
Nos fuimos a unos de esos café’s con sofás muy cómodos, pedimos chocolate caliente y capuccinos.
Directo al grano les dije: dejen de discutir y pelear que eso no lleva a nada constructivo, eso es simplemente la búsqueda del imperio del uno sobre el otro, los miedos que nos empujan a sentirnos mal e inseguros y que en esta época se ha convertido en una epidemia fatal: tener en vez de ser.
Amigos, el secreto de la felicidad no está en la seguridad material, todo lo contrario, está en la seguridad espiritual, que incluye la emocional e intelectual. ¿Acaso no es cierto que muchos que hace poco eran grandes políticos o empresarios endiosados por la sociedad, hoy son perseguidos por la justicia y la infelicidad? Ellos dedicaron su vida a tener en vez de ser, y ahí están las consecuencias. Por favor, es totalmente obvio.
¿Porque se dejaron llevar por la ambición o codicia? simplemente porque se olvidaron de su Ángel de la guarda que cuando niños rezaban en la cama antes de dormir. Pero felizmente nunca es tarde para volver a encontrarse con él.
En primer lugar, como ya pasó mucho tiempo sin que hablen, sin que le cuentes tus necesidades, tus problemas íntimos, ni le confieses tus travesuras; como es lógico, en toda relación que se distancia hay un enfriamiento, un diálogo roto que así nomás el Ángel no te hablará.
En segundo lugar, tú Ángel deberá ver cambios en ti, pero no cualquier cambio, si no aquellos que te harán digno de cualquier ser de luz.
En tercer lugar, debes saber que para lograr cambiar hay muchos caminos ya establecidos, como también uno propio que cada uno puede crear.
Aquí debo hacer una aclaración, los diversos caminos para encontrar a tu Ángel deben ser sencillos de entender, con pocas exigencias, pero con mucho trabajo en ti mismo.
Finalmente, debes evitar mostrar tu cólera o ira a los demás; nadie tiene la culpa de que seas una persona incontrolada, tosca y nada refinada. Asimismo, evita preocupar a los demás con tus angustias que solo traen un incremento de problemas a los que ya tienes. Por cierto, a tú Ángel le llamará la atención si te nota amable con todo lo que te rodea, el medio ambiente, las mascotas, los animales que ya se están extinguiendo, así como todas las personas, incluso con tus enemigos de siempre.
Así, tú Ángel verá que estás trabajando duro en ti mismo, y seguro que volteará a verte con más atención todos los días, así vendrá a apoyarte secretamente con mágicas resoluciones de tus deseos.
Eso sí, deberás ser muy agradecido, con él, con todo el universo del cual somos parte, por lo cual debemos dar gracias por todo lo que recibimos sin inventariarlo.
Un día sentirán la presencia de su Ángel manifiesta en pura felicidad, la de ustedes y de muchas personas que los rodean.
Lamentablemente la joven se levantó y se fue, incrédula y triste; en cambio el joven me confesó que le había escrito un poema a ella, me advirtió que no era poeta, pero que el dolor lo obligó a escribir. Le pedí leerlo y así fue, la verdad me dio alegría el verso pues en el fondo de las palabras estaba escondido su Ángel y el secreto de la felicidad.
Les comparto este breve verso para su reflexión de esta triste historia que tendrá un feliz final:
Entraste más allá de mi nombre,
viviste historias que solté como hilos
de un enorme tejido,
aprendiste mi sueño,
me viste caer.
Ahora sé,
estoy y vivo enamorado,
debo seguir a mi corazón.
Jóvenes aprendiendo a vivir y a descubrir ese Ángel interior que todos los seres en el universo tenemos, ahí, adentro, encontraremos la confianza y fortaleza necesarias para avanzar en la vida.