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* USUI REIKI *

Liberando el Karma.

Liberando el Karma.

Interpretando nuestro Dharma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todo lo que nos ocurre es perfecto y necesario, no debemos admirarnos que los hechos buenos, excelentes, malos o terribles en nuestras vidas sean consecuencia de nuestros propios actos. Claro hay hechos comunes y detalles insignificantes que no podemos atribuirlos al Karma, pues no podría existir la libertad ni el libre albedrío. 

Puede ser que no estemos conformes con lo que nos está ocurriendo en este momento, es más podemos atribuirlo a la mala suerte o a circunstancias ajenas a nosotros, que no concebimos vincularlo con nuestro Karma. Creemos muchas cosas; en realidad tenemos millones de creencias que nos dan una visión limitada de nuestra realidad, lo veo en los mejores profesionales, en las amas de casa, en los empresarios y a hasta en los políticos. Podemos advertir que hay creencias populares que son "indiscutibles", verdades absolutas, pero que sin embargo, sólo son creencias que hemos heredado de la sociedad, de la familia, de nuestro grupo de amistades, de un país determinado en el cual vivimos un tiempo, etc.; y es muy probable que esas creencias no sean correctas, no estén pulidas, ni ayuden a superar realmente tu Karma. 

Y no estamos conformes con lo que nos ocurre pues seguramente sufrimos mucho, sentimos abundante dolor y desesperación, y nuestra creencia o conjunto de creencias nos dice que ante estas circunstancias debemos sufrir o reaccionar en determinado sentido. Y si reaccionamos de acuerdo a nuestras creencias veremos rápidamente la aprobación de los demás, entonces diremos que hemos hecho bien y empezamos el proceso de calma y sosiego. Luego vendrá el olvido natural y el ciclo se repetirá indefinidamente. 

Mi mujer se fue con otro, me robaron la laptop, o tal vez perdí un brazo en un accidente, hechos y más hechos que nuestro sistema de creencias le dará una lógica y conveniente explicación: tu mujer ya no te amaba, dejaste la laptop en un asiento del aeropuerto, gran distracción, el accidente fue porque fuiste en una empresa de transporte negligente, etc. Todo tendrá una explicación coherente con nuestras creencias sociales, científicas y teóricas. Todos estos hechos nos harán sufrir pues es la consecuencia lógica de nuestras erróneas creencias. 

Pero si vemos los hechos conforme a nuestro Karma tendremos una visión diferente. Cada uno de nosotros viene con un sello karmático que debemos  descubrir, estudiar y meditar. No podemos pasarnos la vida ignorando que somos seres espirituales que pertenecemos a grupos determinados que durante nuestras vidas vamos mejorando o empeorando nuestro deber de perfección espiritual. 

Los buenos o malos momentos de nuestra vida tienen una explicación espiritual que va más allá de las creencias sociales, científicas y teóricas. Podemos asistir a un terapeuta, sicólogo o siquiatra, seguramente nos aliviarán con sus consejos, métodos profesionales y podremos soportar mejor nuestras penurias. Pero la verdad es más profunda, es más trascendente que la vida misma. 

Por eso las grandesy milenarias tradiciones místicas e incluso las religiones nos dan una fórmula eficaz para superar nuestro karma. Así es, la solución está en nuestra mente que es el vehículo humano para comunicarse con nuestro espíritu; es decir, debemos conocer a fondo cómo es nuestra mente, que influencias tiene, que creencias arrastra de siglos, que estereotipos condicionados se han insertado a través de los medios de prensa, ideologías, costumbres, ejemplos de "ejemplares ciudadanos", así como las grandes tendencias de formas de vida de nuestra era. Todas esas influencias que vienen determinando nuestra visión de la realidad deben ser examinadas, criticadas por cada uno de nosotros y evaluar si realmente son reales o producto de la imaginación colectiva. 

En clases pongo un ejemplo gracioso para que se me entienda mejor, y pregunto: ¿qué pasaría si llego muy de noche a casa con una mujer, ambos en estado de ebriedad y evidentemente en una situación romántica, estando casado? Pues la respuesta no se hace esperar, todos dicen: tu mujer te bota de la casa y te plantea el divorcio. ¿Pero qué ocurriría si la misma escena le ocurre a un Jeque árabe que tiene un Harem de más de 100 mujeres? También la respuesta es inmediata: No pasaría nada, pues las costumbres de ese pueblo o comunidad tienen otras creencias, y esa conducta no será reprobada. 

Son códigos de creencias muy acendrados en determinada sociedad, que nadie revisa y que todos aceptan como verdaderos y sin discusión. ¿Qué pasaría si todos empezamos a revisar nuestras creencias y códigos de reacción estereotipada? Pues nos daríamos cuenta que muchas de esas creencias son producto de la creación social, producto de una compleja estructura de poder y de dominio social, a la que todos debemos ajustarnos, cumplir so pena de ser sancionados, castigados o convertidos en cadáveres sociales, rechazados y hasta expulsados.  

Esos lentes masificados estructuran una forma de ver la realidad totalmente distorsionada, lejos de lo que verdaderamente está pasando. 

Tal vez muchos lectores a estas alturas dirán: esto sería un caos, no habría un patrón, un orden, cada quien haría lo que le dé la gana incluso hasta matar a otros seres humanos sin restricción. Nada más falso, pues cuando iniciamos nuestro camino del Dharma a través de los principios naturales del espíritu, de la meditación y análisis paciente, descubrimos un nuevo mundo de bondad interior, de paz contagiante que nos encamina al auténtico amor por uno mismo. Descubrimos nuestra belleza espiritual, nuestra pertenencia al cosmos único y misterioso que tiene la fuerza eterna que sólo es pura vida. 

Así entonces, surgirán los nuevos sentimientos de bondad, compasión incondicional, amor a todo lo que te rodea que finalmente se coinvertirán en acciones proactivas, correctas, creativas y con respeto incluso a las creencias masivas que tanto daño hacen a nuestra sociedad. 

Cuando iniciamos la búsqueda interior descubrimos nuestros errores, nuestras limitaciones, e incluso vemos cuánto daño hemos hecho a los demás y a nosotros mismos. En la medida que vamos aceptando nuestros errores, comprendiendo nuestras graves fallas vamos purificando nuestro Karma. En la medida que iniciemos acciones bondadosas con los demás, producto de nuestra natural compasión espiritual, en la medida que desterremos la violencia en nuestras conductas, sea con nuestros hijos, cónyuges, hermanos, padres, amigos y la sociedad toda, iremos puliendo nuestro espíritu. Y mejor si usamos el perdón con la compasión a aquellos menos afortunados que nosotros. 

En la medida que renunciemos a las creencias masivas que aceptamos "porque si", porque cuando nací ahí estaban y nadie las discutió o critico, o me dijo que eran para evaluarlas; en la medida que la renuncia, compasión, bondad sean nuestras luces en este camino misterioso de la vida, iremos limpiando y puliendo nuestro Karma, iremos irradiando más luz a nuestros semejantes, desde nuestro corazón. 

Liberar el Karma significa ayudar al que te hace daño, consiente o inconscientemente, darle al más necesitado de luz o de pan, respetar los errores de los demás y permitir que su evolución se encamine hacia el verdadero sendero que elimina todo sufrimiento y da frutos de amor.

Difícil tarea en un mundo como en el de hoy que el poder material se impone cada día más, complicada tarea en una era que la presión por las tenencias materiales son prioritarias; pero no imposible ni absurda. Jamás el descubrimiento interior nos hará caóticos, tal vez rebeldes a determinadas creencias absolutas, posiblemente algunos verán en nosotros algunas ideas subversivas del "orden establecido", pero nuestra compasión y bondad nos hará comprensivos y tolerantes evitando así conflictos innecesarios.

Es mejor retirarse, alejarse de aquellas personas que no están en este sendero de pulimiento karmático, y dejarlas libres en su error, algún día su evolución finalmente llegará al entendimiento pleno de sus experiencias para voltear la mirada a su interior. El permanente juicio a los demás, la comparación permanente entre humanos, la carrera del éxito, la acumulación de riquezas con propósitos exhibicionistas, la búsqueda del reconocimiento masivo, sólo son características de quienes viven en el sistema de creencias masivo, externo, que olvidó que es un espíritu divino lleno del poder mágico y celestial para amarse y amar incondicionalmente.

Lejos de ser una sanción, el karma, nos proporciona libertad, nos ubica en una posición donde podemos realizar cada sueño que tengamos y realizar la vida que queremos y quisiéramos tener.

Amigo lector, amiga lectora, no sufras por lo que te está ocurriendo o por lo que crees que puede pasar. Libérate mirando hacia ti mismo, conócete mejor cada día y pule tus sentimientos, emociones y pensamientos. Así, con paciencia, tiempo, meditación, recuperarás la verdadera alegría interior que no requiere de regalos, fiestas, dinero o poder. Abrázate, date un respiro y detén la marcha un momento, no hagas caso de los demás que vienen juzgándote día a día, cierra por un momento los ojos y "mira adentro de tí", así iniciarás una aventura infinita, trascendente y llena de amor a ti mismo. Recuerda, primero eres tú, después los demás.

Hasta la próxima, 

Juan de la Piedra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 comentario

Shirley Lacunza -

Si primero debemos aprender a querernos a nosotros mismos, para despues querer a los demás