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Perdonemos

Perdonemos

La importancia del perdón.

Cada vez que enseñamos en la Escuela de Reiki Perú el primer nivel de Reiki - SHODEN - invitamos a nuestros alumnos a meditar sobre todos aquellos hechos y personas que alguna vez le infringieron un daño físico o moral. La razón para este ejercicio es básicamente generar una transformación de la memoria celular, rescribiendo un nuevo código en nuestra biología y en nuestro espíritu.

Es decir, no basta recordar el hecho traumático, si no que será fundamental perdonarlo profundamente, concientemente, aunque dicha situación parezca imperdonable.

Para nosotros no es posible que exista un auténtico reikista que no haya pasado por esta fuerte experiencia de liberación de resentimientos, culpabilidad, tristezas, etc. Es más hemos diseñado un mantra que el alumno aprenderá al final de su meditación, el mismo que definitivamente removerá todas esas toxinas de la memoria que sólo generan enfermedades e infelicidad.

También podemos perdonar sin necesidad de tomar nuestro seminario de Reiki. Existen diversas escuelas de distintas disciplinas que también entienden como esencial el trabajo profundo del perdón. La razón es muy sencilla; el que no sabe perdonar, no sabrá avanzar en la vida, no podrá crear nuevas situaciones que lo realicen como ser humano, no podrá descubrir todas las maravillas de las que está rodeado.

Un ejercicio que recomiendo a todos los que me escriben cuando me informan de sus problemas y pesares consiste en situarse en actitud meditativa, contemplativa muy quieta; luego, de unos minutos con los ojos cerrados, recordar cuando ha sido la última vez que estuvo muy molesto. Una vez identificado el momento debe preguntarse ¿cómo se siente espiritual y físicamente en ese momento? ¿Se siente bien? Ahora imagina la mejor manera de deshacerte de la cólera, y, luego pregúntate si hay mejor manera de enfrentar estas situaciones similares.

Otro ejercicio muy efectivo es entrar en profunda meditación y luego de unos minutos, cuando encontramos la calma, buscar en nuestra memoria todos aquellos hechos importantes que consideramos fueron perjudiciales por los daños que nos hicieron terceras personas. Debemos visualizar bien las escenas en las que somos maltratados moral, física o espiritualmente y hacer todo el esfuerzo posible por comprender a los victimarios, así como perdonarlos profundamente de todo corazón.

Puede ser que vengan a ti imágenes fuertes y que causen fuertes emociones, debes ser paciente y asimilar con paciencia estos momentos hasta que los hayas perdonado completamente. Luego del ejercicio te recomiendo tomar un vaso grande de agua fresca y caminar un poco por algún parque o jardín. Verás luego como la tranquilidad viene y se instala para siempre en tu interior.

Recuerda perdonar es divino.

Hasta el próximo jueves,

Juan de la Piedra
juan.delapiedra@gmail.com
Editor

1 comentario

ernesto siles -

Gracias he puesto en práctica el ejercicio y me parecio extraordinario; esta revista es un tesoro inapreciable. Ernesto.